Cerca de ti, ¿por qué tan lejos verte?
¿Por qué noche decir, si es mediodía?
Si arde mi piel, ¿por qué la tuya es fría?
si digo vida yo, ¿por qué tú muerte?
Ay, ¿por qué este tenerte sin tenerte?
Este llanto ¿por qué, no la alegría?
¿Por qué de mi camino te desvía
quién me vence tal vez sin ser más fuerte?
Silencio. Nadie a mi dolor responde.
Tus labios callan y tu voz se esconde.
¿A quien decir lo que mi pecho siente?
A ti, François Villón, poeta triste,
lejana sombra que también supiste
lo que es morir de sed junto a la fuente.
Nicolás Guillén.
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