lunes, 15 de junio de 2009
Asturias
Asturias, si yo pudiera...
si yo supiera cantarte...
Asturias, verde de montes
y negra de minerales.
Yo soy un hombre del sur:
polvo, sol, fatiga y hambre;
hambre de paz y horizontes,
hambre.
Bajo la piel resecada
ríos sólidos de sangre,
y el corazón asfixiado
sin venas para aliviarte.
Los ojos, ciegos, los ojos,
ciegos de tanto mirarte,
sin verte, Asturias lejana,
hija de mi misma madre.
Dos veces, dos, has tenido
ocasión para jugarte
la vida en una partida,
y las dos te la jugaste.
¿Quién derribará ese árbol
de Asturias, ya sin ramaje,
desnudo, seco, clavado
con su raíz entrañable
que corre por toda España
crispándonos de coraje?
Mirad obreros del mundo
su silueta recortarse
contra ese cielo impasible,
vertical, inquebrantable,
firme sobre roca firme,
herida viva su carne.
Millones de puños gritan
su cólera por los aires;
millones de corazones
golpean contra tus cárceles.
Prepara tu salto último,
lívida muerte cobarde,
prepara tu último salto,
que Asturias está aguardandote
sola en mitad de la Tierra,
hija de mi misma madre.
Pedro Garfias.
Palabras de Víctor sobre la historia de la canción, hay que situarlo sobre el año 70:
No conocía al poeta. El que fuera consejero de Hacienda del Gobierno de Asturias y León fue quien me lo mostró. Estaba en México, en mi primera visita a aquel país. Fui a la habitación y me puse rápidamente a escribir la música. La presenté a censura y ahí se acabó todo. Me dijeron que eso de "millones de puños gritan" había que cambiarlo. Y tardé ocho años en poder cantarla en público. Conozco más de un himno de derrota que termina en la conciencia de todos y este de Garfias es un himno de derrota.
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