miércoles, 24 de febrero de 2010

Revista Sayenco

Eli Tolaretxipi -poeta y traductora de merecido prestigio- se suma a Sayenco. Desde un sueño real, lúcida alucinada, hunde su mano en la verdad doliente más allá de los ciegos filósofos. El poema que nos ha remitido está incluído en su último poemario -el enlace está en la revista.

A partir de ahora las colaboraciones recibidas serán reservadas para el próximo número -ya contamos con algunas.


Taller Literario Del Liceo Gabriela Mistral De

domingo, 21 de febrero de 2010

Oda al libro



He aprendido la vida
de la vida,
el amor lo aprendí de un solo beso,
y no pude enseñar a nadie nada
sino lo que he vivido,
cuanto tuve en común con otros hombres,
cuanto luché con ellos:
cuanto expresé de todos en mi canto.

Yo no vengo de un tomo,
mis poemas
no han comido poemas,
devoran
apasionados acontecimientos,
se nutren de intemperie,
extraen alimento
de la tierra y los hombres.
Libro, déjame andar por los caminos
con polvo en los zapatos
y sin mitología:
vuelve a tu biblioteca,
yo me voy por las calles.

Pablo Neruda.

Musicalización: Evy Ferrer




Poema completo:

Oda al libro

Libro, cuando te cierro
abro la vida.
Escucho
entrecortados gritos
en los puertos.
Los lingotes del cobre
cruzan los arenales,
bajan a Tocopilla.
Es de noche.
Entre la islas
nuestro océano
palpita con sus peces.
Toca los pies, los muslos,
Las costillas calcáreas
de mi patria.
Toda la noche pega en sus orillas
y con la luz de día
amanece cantando
como si despertara una guitarra.
A mí me llama el golpe
del océano. A mí
me llama el viento,
y Rodríguez me llama,
José Antonio,
recibí un telegrama
del sindicato "Mina"
y ella, la que yo amo
(no les diré su nombre),
me espera en Bucalemu.
Libro, tú no has podido
empapelarme,
no me llenaste
de tipografía,
de impresiones celestes,
no pudiste
encuadernar mis ojos,
salgo de ti a poblar las arboledas
con la ronca familia de mi canto,
a trabajar metales encendidos
o a comer carne asada
junto al fuego en los montes.
Amo los libros
exploradores,
libros con bosque o nieve,
profundidad o cielo,
pero
odio
el libro araña
en donde el pensamiento
fue disponiendo alambre venenoso
para que allí se enrede
la juvenil y circundante mosca.
Libro, déjame libre.
Yo no quiero ir vestido
de volumen,
yo no vengo de un tomo,
mis poemas
no han comido poemas,
devoran
apasionados acontecimientos,
se nutren de intemperie,
extraen alimento
de la tierra y los hombres.
Libro, déjame andar por los caminos
con polvo en los zapatos
y sin mitología:
vuelve a tu biblioteca,
yo me voy por las calles.

He aprendido la vida
de la vida,
el amor lo aprendí de un solo beso,
y no pude enseñar a nadie nada
sino lo que he vivido,
cuanto tuve en común con otros hombres,
cuanto luché con ellos:
cuanto expresé de todos en mi canto
.

Oda a la lluvia




Yo creo
que algún día,
que inscribiremos
en el calendario,
tendrán techo seguro,
techo firme,
los hombres en su sueño,
todos
los dormidos,
y cuando en la noche
la lluvia
regrese
de mi infancia
cantará en los oídos
de otros niños
y alegre
será el canto
de la lluvia en el mundo,
también trabajadora,
proletaria,
ocupadísima
fertilizando montes
y praderas,
dando fuerza a los ríos...


Pablo Neruda.




http://evyferrer.blogspot.com/2007/04/oda-la-lluvia.html


Poema completo (en negrita el fragmento musicalizado):

Oda a la lluvia


Volviò la lluvia.
No volviò del cielo
o del oeste.
Ha vuelto de mi infancia.
Se abriò la noche, un trueno
la conmoviò, el sonido
barriò las soledades,
y entonces,
llegò la lluvia,
regresò la lluvia
de mi infancia,
primero
en una ráfaga
colérica,
luego
como la cola
mojada
de un planeta,
la lluvia
tic tac mil veces tic
tac mil
veces un trineo,
un espacioso golpe
de pétalos oscuros
en la noche,
de pronto
intensa
acribillando
con agujas
el follaje,
otras veces
un manto
tempestuoso
cayendo
en el silencio,
la lluvia,
mar de arriba,
rosa fresca,
desnuda,
voz del cielo,
violín negro,
hermosura,
desde niño
te amo,
no porque seas buena,
sino por tu belleza.
Caminé
con los zapatos rotos
mientras los hilos
del cielo desbocado
se destrenzaban sobre
mi cabeza,
me traían
a mí y a las raíces
las comunicaciones
de la altura,
el oxígeno húmedo,
la libertad del bosque.
Conozco
tus desmanes,
el agujero
en el rejado
cayendo
su gotario
en las habitaciones
de los pobres:
allí desenmascaras
tu belleza,
eres hostil
como una
celestial
armadura,
como un puñal de vidrio,
transparente,
allí
te conocí de veras.
Sin embargo,
enamorado
tuyo
seguí
siendo,
en la noche
cerrando la mirada
esperé que cayeras
sobre el mundo,
esperé que cantaras
sòlo para mi oído,
porque mi corazòn guardaba
toda germinaciòn terrestre
y en él se precipitan los metales
y se levanta el trigo.
Amarte, sin embargo
me dejò en la boca
gusto amargo,
sabor amargo de remordimiento.
Anoche solamente
aquí en Santiago
las poblaciones
de la Nueva Legua
se desmoronaron,
las viviendas
callampas,
hacinados
fragmentos de ignominia,
al peso de tu paso
se cayeron,
los niños
lloraban en el barro
y allí días y días
en las camas mojadas,
sillas rotas,
las mujeres,
el fuego, las cocinas,
mientras tú, lluvia negra,
enemiga,
continuabas cayendo
sobre nuestras desgracias.
Yo creo
que algún día,
que inscribiremos
en el calendario,
tendrán techo seguro,
techo firme,
los hombres en su sueño,
todos
los dormidos,
y cuando en la noche
la lluvia
regrese
de mi infancia
cantará en los oídos
de otros niños
y alegre
será el canto
de la lluvia en el mundo,
también trabajadora,
proletaria,
ocupadísima
fertilizando montes
y praderas,
dando fuerza a los ríos
,
engalanando
el desmayando arroyo
perdido en la montaña
trabajando
en el hielo
de los huracanados
ventisqueros,
corriendo sobre el lomo
de la ganadería,
dando valor al germen
primaveral del trigo,
lavando las almendras
escondidas,
trabajando
con fuerza
y con delicadeza fugitiva,
con manos y con hilos
en las preparaciones de la tierra.

Lluvia
de ayer,
oh triste
lluvia
de Loncoche y Temuco,
canta,
canta,
canta sobre los techos
y las hojas,
canta en el viento frío,
canta en mi corazòn,
en mi confianza,
en mi techo, en mis venas,
en mi vida,
ya no te tengo miedo,
resbala
hada la tierra
cantando con tu canto
y con mi canto,
porque los dos tenemos
trabajo en las semillas
y compartimos
el deber cantando.

Pablo Neruda

miércoles, 17 de febrero de 2010

Riqueza





Tengo la dicha fiel
y la dicha perdida:
la una como rosa,
la otra como espina.
De lo que me robaron
no fui desposeída;
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida,
y estoy rica de púrpura
y de melancolía.
¡Ay, qué amante es la rosa
y qué amada la espina!
Como el doble contorno
de dos frutas mellizas
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida.

Gabriela Mistral.



http://www.paulabatarce.scd.cl/


Compra el disco

El amor que calla



Si yo te odiara, mi odio te daría
en las palabras, rotundo y seguro;
pero te amo y mi amor no se confía
a este hablar de los hombres, tan oscuro.

Tú lo quisieras vuelto en alarido,
y viene de tan hondo que ha deshecho
su quemante raudal, desfallecido,
antes de la garganta, antes del pecho.

Estoy lo mismo que estanque colmado
y te parezco un surtidor inerte.
¡Todo por mi callar atribulado
que es más atroz que el entrar en la muerte!

Gabriela Mistral, Desolación.

Soneto a la Yaya



Querida yaya, como el buen Cervantes
en prisiones oscuras nos hallamos.
Lo que importa está libre: nos amamos
su hija y yo, señora, más que antes.

Mas no es sólo el fervor de ser amantes
la alegría actual, sino el empeño
de dedicar a la verdad de un sueño
nuestras vidas contantes y sonantes.

Mirando al exterior, oh prisión mía,
oigo risas que llegan a mis huesos:
hay quien se piensa libre todavía.

Pero a pesar de todos los procesos
la noche es enemiga, nuestro el día:
nosotros somos libres y ellos presos.

Alfonso Sastre


Tristes guerras




Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.


Miguel Hernández,
Cancionero y romancero de ausencias.




La luna



La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir


Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas


Jaime Sabines.



Jaime Sabines. Homenaje Nacional en el "Palacio de Bellas Artes" de México. 30 Marzo de 1996.

Barrilete




Alta flor de las nubes
-lo mejor del verano-
con su tallo de música
en mi mano sembrado.
Regalo de noviembre,
nuevo todos los años:
para adornar el día,
para jugar un rato.
Banderola de fiesta
que se escapa, volando...
Pandereta que agitan
remolinos lejanos.
Pececillo del aire
obstinado en el salto;
pájaro que se enreda
en su cola de trapo.
Luna de mediodía
con cara de payaso;
señor del equilibrio,
bailarín del espacio.
Ala que inventa el niño
y se anuda a los brazos.
Mensaje a lo celeste.
Corazón del verano.

Claudia Lars (Armenia, 1899- El Salvador, 1974).

El viento, el tiempo



No se trata de hallar un culpable,
las historias no acaban porque alguien escriba la palabra fin,
no siempre hay un asesino, algunas veces toca morir
lo que viene y se va
como suele pasar
el viento el tiempo

Márchate si ha llegado la hora,
date prisa que como ya sabes es muy impaciente el amor,
no malgastes ni un segundo,
después de darle cuerda al reloj,
que un cumplido de mas,
no te valla a robar el tiempo, el tiempo.

Y no queda nada
las espinas las rosas se la llevo el viento, el tiempo.

Ahora solo la vida te espera,
con los brazos abiertos y el firme deseo de hacerte feliz,
puedes irte cuando quieras,
no hay muros que te impidan salir,
y no mires atrás,
que te va a despeinar el viento, el viento.

Que difícil decirte hasta luego,
cuando nace el terror de perderte este miedo a no verte jamás,
ya no hay puntos suspensivos,
llego el rotundo punto final,
cuando la soledad, solo espera matar,
el tiempo, el tiempo
y no queda nada las espinas las rosas se las llevo, el viento, el tiempo.

Luis Eduardo Aute

Vengo de la mediocridad de las ciudades



Vengo de la mediocridad de las ciudades,
vi de muy cerca, drogas y altas murallas,
mujeres atropelladas por el amor,
animales inscriptos en la seguridad social.

Caminaba por la calle y no miraba a nadie
caminaba por la calle y nadie me miraba.

Dejaba que el tiempo pasara por mi pluma,
dejaba caer sobre el papel, en blanco, la vida,
la vida plena, abierta, humana, que ya no viviré.

Miguel Óscar Menassa

MENOS UNO



A mi padre

Cuando morías, aún, vivía encadenado
y casi muero contigo entre cadenas.
Después fui levantando la cabeza
y un lazo de tristeza nos unía:
ser extranjero como vos,
sin padre como vos,
esperando,
en la próxima muerte,
mi muerte.
Recuerdo tus ojos a mi edad, llenos de fe,
con el brillo de quien espera de la vida,
todo,
el mundo, tu familia, tus hijos por doquier.
Te veo cavilando, solo como una roca, mi destino.
En medio de tus cavilaciones, alto y fragante,
con aquellos aromas del humo y del jazmín,
breves relatos de tu infancia.
Galopando ciego en tus ambiciones descubrí el universo
Busqué entre las estrellas un trozo de tu cuerpo
y todo era luz.
Palabras de tus palabras
sigo soñando el cuento aquel donde todo era amor.
Aferrado a tu manera de decir las cosas
guardo silencio.

Miguel Menassa

martes, 9 de febrero de 2010

Pasional Bilbao

Pasional.mp3


Texto:Sergio Oiarzabal
Voz: MÓNIKA Nude



Podría matarte. Sé a qué hora sales y a qué hora regresas a tu casa de alivio fingido cada día. Descubro el perfume a esencia firme de tus entrañas en cualquier otro recuerdo. Si te mirara a los ojos, si me leyeras los labios, soñarías con la escultura de mi intención última y no sería necesaria siquiera, la frente del cielo amaneciendo al delirio de un otoño. Podría matarte. Susurro tu alma en mitad de la calle y al volver la cabeza hacia mi voz condenada, ves tan sólo niñas desnudas enterrando sus muñecas negras. Podría matarte. Cada noche te lamo la boca mientras duermes, tú no lo sabes, y dejo sobre tu vientre una vela morada encendida que habrá de consumirse antes de que amanezca, antes, porque ella, insondable y pura, le pertenece al viento. Podría matarte.Hacer resbalar por mi silencio envenenada, una lágrima de anciano hasta el círculo vicioso de tu copa de sangres prohibidas, acaso como la prueba más fehaciente que delate mi presencia y su sombra en armas por una ingobernable patria sin raíces. Podría matarte. Aguardar el suspiro que abrase todos los puentes definitivos en esta lengua de mazmorra y al fin poder gemirte al oído mientras duermes, oscuramente bella, tú no lo sabes, la música inviolable del resurgir del mejor de los pecados. Podría matarte. Decir con odio de viejo amante cuánto te amo, mientras sueñas clamor y triunfo en los palacios tomados, para que jamás tengas memoria de ello, para que sólo recuerdes al despertar pájaros de huesos volando sobre tu infancia, para que así parezca que no has vivido. podría matarte. lapidar mientras duermes la ventana y las puertas de tu alcoba y arrojar serpientes a los pies de tu cama antes de colocar un último ladrillo de oro y escuchar después, sin olvido, tras las paredes, cada una de tus palabras en vigilia, avivándose como el incendio en las catedrales del cielo, cegadas de barrios bajos, perdidamente, hasta el alarido más desamparado del abandono. Podría matarte.

jueves, 4 de febrero de 2010

La palabra




Desdeñarás tu verbo, el que no te ha aplacado;
no amarás como un hijo el canto que entregaste.
En cada uno de ellos, hombre, te traicionaste,
dijiste otro mensaje, y no el tuyo, sagrado.

Mejor expresa el alma del granado su fruta
de frenesí; mejor, la pluma azafranada
del faisán de oro, dice su Persia apasionada,
y mejor dice el polvo la gran sed de la ruta.

Y mejor todavía, las madre-perlas, duras,
tornasoladas como los ojos de Proteo,
y la medusa que muda como el deseo,
dicen al mar y son sus fieles criaturas.

Hiciste tu palabra con tu carne más roja
y te dolió arrancar su almendra ensangrentada.
El canto fue la médula de tus huesos volteada;
pero, fuera de ti, tu canción es tu mofa.

No tiembla como tiembla tu boca con jadeo
y no entrega la rima tu entrechocar de dientes.
Se muere el canto, como la salamandra ardiente,
saliendo de tu entraña, torcida de deseo.

Gabriela Mistral, del libro inédito Almácigo.

Musicalizado por Manuel Sánchez



miércoles, 3 de febrero de 2010

Le déserteur




Monsieur le Président
Je vous fais une lettre
Que vous lirez peut-être
Si vous avez le temps
Je viens de recevoir
Mes papiers militaires
Pour partir à la guerre
Avant mercredi soir
Monsieur le Président
Je ne veux pas la faire
Je ne suis pas sur terre
Pour tuer des pauvres gens
C'est pas pour vous fâcher
Il faut que je vous dise
Ma décision est prise
Je m'en vais déserter

Depuis que je suis né
J'ai vu mourir mon père
J'ai vu partir mes frères
Et pleurer mes enfants
Ma mère a tant souffert
Elle est dedans sa tombe
Et se moque des bombes
Et se moque des vers
Quand j'étais prisonnier
On m'a volé ma femme
On m'a volé mon âme
Et tout mon cher passé
Demain de bon matin
Je fermerai ma porte
Au nez des années mortes
J'irai sur les chemins

Je mendierai ma vie
Sur les routes de France
De Bretagne en Provence
Et je dirai aux gens:
Refusez d'obéir
Refusez de la faire
N'allez pas à la guerre
Refusez de partir
S'il faut donner son sang
Allez donner le vôtre
Vous êtes bon apôtre
Monsieur le Président
Si vous me poursuivez
Prévenez vos gendarmes
Que je n'aurai pas d'armes
Et qu'ils pourront tirer

Boris Vian

Le déserteur en Wikipedia



Serge Reggiani recita Le dormeur du val de Rimbaud, y después canta Le déserteur:




EL DESERTOR

Señor Presidente
Le escribo solo estas letras,
que a lo mejor hasta lee,
si tiene tiempo pa' ello.
Recibo en este momento
mis papeles militares
para irme a la guerra
Antes del miércoles tarde.
Señor Presidente,
Pero yo no quiero hacerla.
yo no estoy aquí en la Tierra
pa' matar a unos probes hombres.
Me da igual que usted se enfade
por lo que vengo a decirle.
Mi decisión es tomada,
ya que voy a desertar.

El día en que nací,
he visto a mi padre morir,
a mis hermanos marchar,
y vi a mis hijos llorar.
Cuando me metieron preso,
me robaron la mujer,
y me robaron la fe
con sus recuerdos queridos.
Y de haber sufrido tanto
mi madre se fue a la tumba
lo mismo le dan ya bombas
lo mismo le dan las larvas.
Mañana, de madrugada,
yo mi puerta cerraré
en narices de años muertos.
Y saldré por los caminos.

Y mendigaré mi vida
por los caminos de Francia,
desde Bretaña a Provenza,
y a la gente le diré :
"No debéis obedecer,
no debéis hacer la guerra,
y no cojáis el petate,
ni vayáis hacia el cuartel."
Si hubiera que dar la sangre,
vaya usted y de la suya
ya que buen apóstol es,
Señor Presidente.
Por si me quiere buscar,
dé este aviso a sus gendarmes
de que no llevaré armas
y que podrán disparar.

Versión literal de Marcelo Saenz Rojos