Brumas de algodón

Despiden brumas de algodón los chopos
y camino en silencio junto al puente,
este puente de piedra y de memorias
donde el Ebro remansa su bravura.
Una pena recorre las orillas
cuando surca el recuerdo de unos labios
mi corazón baldío, cuando el agua
se viste con el fruto de estos ojos
cubiertos de murmullos, y un temblor
de mármol con su atroz melancolía
se desboca en mi pecho con su nombre.
Solo. Como las ramas de los sauces
me derrumbo entre lluvias y corrientes
hasta besar la tierra con mi sombra;
y camino, camino entre recuerdos
masticando esta angustia que me hiere.
Se incendian con el sol del mediodía
mis sentimientos frente al Revellín,
hoy es once de Junio y estoy solo.
Ya se reparten peces, pan y vino,
y guardo su sonrisa en mi cartera.
Es el aniversario de su muerte
y brota la nostalgia por el surco
donde remansa el Ebro su bravura,
por el puente de piedra y de memorias,
por las viejas murallas que visito.
Se fue mi amor, y cada mes de Junio
despiden brumas de algodón los chopos.

Adrián Pérez Castillo