
Un bosque se abre en la memoria y el olor a resina es útil al corazón. Vi las esferas del sudor y los insectos en la dulzura;
luego, el crepúsculo en sus ojos;
después, el cardo hirviendo ante el centeno y la fatiga de los pájaros perseguidos por la luz.
Antonio Gamoneda, Libro del frío.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario