martes, 30 de octubre de 2012

El Copihue rojo.



"El Copihue Rojo"

Soy una chispa de fuego 
que del bosque en los abrojos 
abro mis pétalos rojos 
en el nocturno sosiego. 

Soy la flor que me despliego 
junto a las rucas indianas; 
las que, al surgir las mañanas, 
en mis noches soñolientas 
guardo en mis hojas sangrientas 
las lágrimas araucanas. 

Nací una tarde serena 
de un rayo de sol ardiente 
que amó la sombra doliente 
de la montaña chilena. 

Yo ensangrenté la cadena 
que el indio despedazó, 
la que de llanto cubrió 
la nieve cordillerana; 

yo soy la sangre araucana 
que de dolor floreció. 

Hoy el fuego y la ambición 
arrasan rucas y ranchos; 
cuelga la flor de sus ganchos 
como flor de maldición. 

Y voy con honda aflicción 
a sepultar mi pesar 
en la selva secular, 
donde mis pumas rugieran, 
donde mis indios me esperan 
para ayudarme a llorar. 


De Ignacio Verdugo Cavada, estrenado en 1814 con música de Juan Miguel Sepúlveda 


Rayén Quitral (1916-1979) cantante lírica chilena cuyo padre era de origen mapuche, hizo su carrera en diversos escenarios internacionales durante la primera mitad del siglo XX. Aquí canta los conocidos versos del poeta Ignacio Verdugo Cavada (1887-1970).


"Me conmueve la metáfora popular que hace de nuestra flor la sangre de los indios alanceados; pero yo no quiero repetirla para no mentirme. El copihue no me recuerda la sangre sino el fuego, el cintarazo del fuego libre y la llama casera; el fuego fatuo y el diurno; el bueno y el malo: el fuego de todos los mitos". 

"Tanto como el copihue resulta inhábil para búcaro y ramo, es válido para guirnalda; más que esto, él es la guirnalda natural y por excelencia, lograda sin la rosa clavadora y sin el jazmín duro de arquearse".

Gabriela Mistral en "Recados..."

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