¡Ay, amor que despierta las piedras!
¡Ay de aquel que no te sienta alrededor!
¡Ay, amor, que nos abres las puertas!
¡Ay, amor, tan necesario como el sol!
Cuando llamas estoy
a la hora que tú digas voy.
Tantas veces nos quitas la pena
como tantas es amargo tu sabor.
Ay, amor, del jardín, yerbabuena:
como espina puede ser el desamor.
Cuando llamas estoy,
a la hora que tú digas voy.
¡Ay, amor, que despierta las piedras!
¡Ay, amor, que derriba fronteras!
Si fuera posible amarrar,
tenerte siempre cerca,
poderte controlar,
saber cada paso que das,
si sales o si entras,
si vienes o si vas,
las narices a enseñar.
¡Ay, amor, como inmenso es el mar!
Es amor quien altera las venas
como inventa las mareas o la flor.
¡Ay, amor, que nos tienes en vela
y a quien duerme se le para hasta el reloj!
Cuando llamas estoy,
a la hora que tú digas voy.
¡Ay, amor, como polvo de estrellas!
¡Ay, amor, que derribas fronteras!
¡Ay, amor, que derriba fronteras!
¡Ay, amor, que despierta las piedras!
Algunos versos del libro Romería, de Juan Huenuan, primer libro de la colección Kutram de poesía mapuche de Del Aire editores, de Temuco, Araucanía, Chile.
Cuando no cante más adivinaré
el hundimiento de un barco que había
conseguido pasar el océano
más enmarañado de la noche
Seré mi isla propia un vestigio
de tierra infecunda un corazón
jamás arrepentido pero solo
siempre solo recordando el mar.
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui,
solo y llorando.
Hice un nudo del pañuelo,
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás
cuántas noches pasarás
desesperando.
Y a la hora del naufragio
y a la de la oscuridad
alguien te rescatará,
para ir cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
¿Qué he sacado con la luna, ay ay ay,
que los dos miramos juntos, ay ay ay,
qué he sacado con los nombres, ay ay ay,
estampados en el muro ay ay ay?
Como cambia el calendario, ay ay ay,
cambia todo en este mundo, ay ay ay.
Ay ay ay
ay.
¿Qué he sacado con el lirio, ay ay ay,
que plantamos en el patio, ay ay ay?,
no era uno el que plantaba, ay ay ay,
eran dos enamorados, ay ay ay.
Hortelano, tu plantío, ay ay ay,
con el tiempo no ha cambiado, ay. ay ay.
Ay ay ay
ay.
¿Qué he sacado con la sombra, ay ay ay
del aromo por testigo, ay ay ay,
y los cuatro pies marcados, ay ay ay,
en la orilla del camino, ay ay ay?
¿Qué he sacado con quererte, ay ay ay,
clavelito florecido, ay ay ay?
Ay ay ay
ay.
Aquí está la misma luna, ay ay ay,
y en el patio el blanco lirio, ay ay ay,
los dos nombres en el muro, ay ay ay,
y tu rostro en el camino, ay ay ay.
Pero tú, paloma ingrata, ay ay ay,
ya no arrullas en mi nido, ay ay ay.
Ay ay ay
ay.
Nadia teme a los gatos y vive frente a una iglesia.
Nadia resuelve puzzles y va a mirar los trenes.
Nadia lleva el nombre de una muchacha muerta
En año que filmaron “Grandes Ilusiones”.
Nadia es silenciosa como un cuaderno de croquis.
Nadia creció en el pueblo como el árbol más simple
Y con ella me entiendo sin decir palabra
Porque los árboles se entienden tocando sus raíces.
Nadia no tiene edad porque ella es la nube
Que siempre va a volver a mirarse en el río.
Nadie vivirá en mí sin que yo me dé cuenta
Como un guijarro blanco brilla al fondo de un pozo.
Dans les rues de la ville il y a mon amour. Peu importe où il va dans le temps divisé. Il n’est plus mon amour, chacun peut lui parler. Il ne se souvient plus; qui au juste l’aima?
Il cherche son pareil dans le voeu des regards. L’espace qu’il parcourt est sa fidélité. Il dessine l’espoir et léger l’éconduit. Il est prépondérant sans qu’il y prenne part.
Je vis au fond de lui comme une épave heureuse. A son insu, ma solitude est son trésor. Dans le grand méridien où s’inscrit son essor, ma liberté le creuse.
Dans les rues de la ville il y a mon amour. Peu importe où il va dans le temps divisé. Il n’est plus mon amour, chacun peut lui parler. Il ne se souvient plus; qui au juste l’aima et l’éclaire de loin pour qu’il ne tombe pas?
Juramento
La ciudad la recorre paso a paso mi amor. Poco importa hacia dónde en el tiempo dividido. Ahora ya no es mi amor, todos pueden hablarle. Ya no recuerda, ¿quién le amó de entre nosotros?
Busca a su semejante en las miradas votivas. El espacio que avanza es su fidelidad. Dibuja la esperanza y ligero la desvía. En su preponderancia no ha tomado partido.
Vivo en su fondo como un ahogado feliz. Él no lo sabe: mi soledad es su tesoro. En el gran meridiano en que surte mi vuelo, mi libertad le horada.
La ciudad la recorre paso a paso mi amor. Poco importa hacia dónde en el tiempo dividido. Ahora ya no es mi amor, todos pueden hablarle. Ya no recuerda, ¿quién le amó de entre nosotros y de lejos le alumbra para que no se caiga?
Se o oceano não fosse
essa casa de Cabral
esse sal, que à água doce
trouxe às naus de Portugal
O movimento maior
que levanta o albatroz
num grito que deu a voz
à fala do Adamastor
Se o mar não fosse o caminho
das terras da nossa terra
que guerras teria a paz
que paz nos traria a guerra
Ai, se este mar não soubera
o que ninguém adivinha
que nova carta escrevera
o Pêro Vaz de Caminha
E as índias da nossa idade
no mais fundo da viagem
dão vice-reis da coragem
guerreiros da eternidade
Esse mar que Luíz Vaz
derrotou com um poema
mensagem que o tempo traz
porque tudo vale a pena
Há esse cântico negro
do mais régio dos encantos
de alma grande tão pequena
que nunca atrevera tanto
Fez-se ao mar a caravela
com panos de liberdade
e ao cheiro de outra canela
o reino fez-se cidade
Ai, se este mar não soubera
o que ninguém adivinha
que nova carta escrevera
o Pêro Vaz de Caminha
E as índias da nossa idade
no mais fundo da viagem
dão vice-reis da coragem
guerreiros da eternidade.
Lloran los niños, lloran Vinieron los zorros, vinieron Los niños tuvieron miedo Váyanse, zorros, váyanse los niños tuvieron miedo Duerma, niño, duerma El zorro ya se va.
Tierra, la primavera
se elabora en mi sangre,
siento
como si fuera
árbol, territorio,
cumplirse en mí los ciclos
de la tierra,
agua, viento y aroma
fabrican mi camisa,
en mi pecho terrones
que allí olvidó el otoño
comienzan a moverse,
salgo y silbo en la lluvia,
germina el fuego en mis manos,
y entonces
enarbolo
una bandera verde
que me sale del alma,
soy semilla, follaje,
encino que madura,
y entonces todo el día,
toda la noche canto,
sube de las raíces el susurro,
canta en el viento la hoja.
Desnuda eres tan simple como una de tus manos,
Lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente,
Tienes líneas de luna, caminos de manzana,
Desnuda eres delgada como el trigo desnudo.
Desnuda eres azul como la noche en Cuba,
Tienes enredaderas y estrellas en el pelo,
Desnuda eres enorme y amarilla
Como el verano en una iglesia de oro.
Desnuda eres pequeña como una de tus uñas,
Curva, sutil, rosada hasta que nace el día
Y te metes en el subterráneo del mundo
Como en un largo túnel de trajes y trabajos:
Tu claridad se apaga, se viste, se deshoja
Y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.
Pablo Neruda, Cien sonetos de amor.
Musicalización de Evy Ferrer
En negrita, los versos cantados.
Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo
y por las calles voy sin nutrirme, callado,
no me sostiene el pan, el alba me desquicia,
busco el sonido líquido de tus pies en el día.
Estoy hambriento de tu risa resbalada,
de tus manos color de furioso granero,
tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
quiero comer tu piel como una intacta almendra.
Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
la nariz soberana del arrogante rostro,
quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
buscándote, buscando tu corazón caliente
como un puma en la soledad de Quitatrúe.