Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros: lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso de mí murmuran y exclaman: -Ahí va la loca, soñando con la eterna primavera de la vida y de los campos y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado. -Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha; mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, con la eterna primavera de la vida que se apaga y la perenne frescura de los campos y las almas, aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan. Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños; sin ellos, ¿cómo admiraros, ni cómo vivir sin ellos?
Rosalía de Castro